Nueva mayoría nacional
Tras dos semanas del triunfo electoral de Ollanta Humala parece empezar a dibujarse en el horizonte un escenario político distinto al que vivió el país durante el proceso electoral y especialmente durante la segunda vuelta. Me refiero al escenario de polarización y desinformación con el que se trató, sin éxito, de hundir la candidatura de Gana Perú. Quizás el último acto haya sido el fallido chantaje vía la bolsa y las exigencias de nombramientos de autoridades económicas, que se desvaneció rápidamente.
La estrategia de tender puentes y buscar consensos que desarrolló Ollanta en la segunda vuelta y que le permitió ganar finalmente la presidencia se estaría prolongando a este periodo de transferencia de poderes. Ello está permitiendo no solo atraer nuevos aliados sino, lo que es más importante, desarrollar un clima político de expectativa democrática frente a la conformación del nuevo gobierno. De esta manera es que podemos leer el 70% que hace pocos días se anuncia como el porcentaje de apoyo al presidente electo en los sondeos de opinión.
La derrota electoral del fujimorismo no es, por supuesto, la derrota de una oposición al futuro gobierno de Gana Perú. El propio fujimorismo no cesa de mover sus fichas y ello se expresa en las gestiones para que indulten a su líder. Alan García por su parte no deja tampoco de mover sus hilos aunque su poder inmediato haya disminuido drásticamente. Pero lo más importante es que los poderes fácticos, aquellos que estuvieron detrás de la familia Fujimori y de varias otras de las candidaturas en las pasadas elecciones, están hoy revalorando su táctica de choque frontal y viendo cómo van a seguir protegiendo sus intereses. Ellos son los que se debaten entre influir de diversas maneras en el futuro gobierno y/o establecerle una oposición en regla que busque su fracaso. En cualquiera de los casos, están mudando su proceder porque de otra forma podrían quedar aislados.
La situación presenta una inmensa oportunidad para Humala y su inminente gobierno: la posibilidad de asentar la mayoría con la que ganó la segunda vuelta y más y mejor todavía la mayoría superior con la que estaría contando el día de hoy. Esta es la herramienta fundamental, se dijo siempre, una gran mayoría nacional, para hacer posible la gran transformación del país que pretende Gana Perú. La clave está en una amplitud en la convocatoria que permita ver con mucha claridad los ejes de la transformación que se pretende, para de esta manera afianzar y darle perspectiva a la confianza ciudadana.
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