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Jorge Semprún

Publicado: 2011-06-14

Ha muerto en París la semana pasada, a los 87 años, Jorge Semprún Maura, famoso disidente del comunismo español y renombrado escritor y guionista de cine, pero sobre todo una de las conciencias críticas y democráticas más importantes del siglo XX. Seguramente cada cual que lo haya leído o visto las películas de las que fue guionista tendrá algún Semprún que recuperar.

Para mí fue fundamental la lectura de dos de sus libros: La autobiografía de Federico Sánchez y La escritura o la vida, que llegaron a mis manos con buenos 20 años de distancia y aconsejados por personas muy diferentes.  De sus guiones no puedo olvidar los clásicos que dirigiera Costa-Gavras: Z y La confesión, así como La guerra ha terminado de Alain Resnais. En todos los casos marcaron hitos en mi rebeldía juvenil y en mi reflexión de madurez.

En cuanto a los libros, en el primero Semprún relata la ruptura que protagonizó, junto con Fernando Claudín, con el PC de España que dirigía Santiago Carrillo. En él expone los argumentos tanto políticos como personales de una diferencia no solo de táctica y estrategia para enfrentar al franquismo sino, sobre todo, de concepción del mundo con una vertiente del pensamiento totalitario, el marxismo-leninismo, que ya había entrado en crisis con las denuncias de Kruschev en 1956, pero que todavía tardaría treinta años más en derrumbarse definitivamente. En el segundo, nos cuenta su paso por el campo de concentración nazi de Buchenwald, donde estuvo como prisionero político entre los 20 y los 22 años. De esa experiencia terrible, en la que vio marchar a la muerte a miles de seres humanos, forjó su convicción como luchador social. Sin embargo, como el título de su obra se encarga de remarcar, no pudo inmediatamente escribir sobre esa experiencia, sino dedicarse a una vida militante que finalmente desembocaría en otra vida de escritor en la que reflexiona sobre el totalitarismo en sus dos caras: estalinismo y nazi fascismo.

Lo interesante de Semprún, a diferencia de otros intelectuales que dejan un credo para abrazar el opuesto sin mayor inventario, tal como me ha tocado ver en tanto ex izquierdista reconvertido a neoliberal, es que no reniega de los ideales de justicia y libertad que lo llevaron a su militancia comunista, sino que deja esta última convencido de que la mejor manera de llevar adelante esos ideales es por la vía democrática. Esta razón democrática, como le gustaría llamarla al propio Semprún, es su mensaje político y constituye el eje de la influencia que ha tenido en la izquierda democrática en el mundo que apuesta a transformaciones de fondo en sus sociedades, pero por la vía de la competencia política y el Estado de Derecho.


Escrito por

nlynch

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Publicado en

Nicolás Lynch

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